Ya he terminado con Contra el viento del Norte y lo que es peor, con su segunda parte, Cada siete olas, porque sí, porque tengo moral y lo demás son tonterías.
Así, en principio, la historia no pinta mal: Emmi, por equivocación, le envía un e-mail a Leo, quien le contesta y a partir de ahí empieza una correspondencia-historia-relación o ni se sabe entre ellos. La cuestión es que cuando no hay otra cosa durante más de 230 páginas, más que e-mails, y más e-mails, y máááááááááásssss emails, pues la cosa empieza a ser un poco "jartible", como siempre en mi humilde opinión...
Sí hay que reconocerle al libro que en ocasiones muestra con bastante fidelidad las tergivesaciones, malentendidos y demás sandeces que hacemos cuando realmente no conocemos al otro.
Otra cosa que hay que reconocer es que Emmi es un poco, y con perdón de la expresión, "toca pelotas" (bueno o mucho...), pero lo peor de todo es que he de reconocer que en muchos fragmentos me he visto reflejada, así que aprovecho la ocasión: hombres del mundo, ¡lo sientoooooo!, jajajaajajjaja.
En fin, que espero tener más suerte con el próximo. Si tú también lo has leído, cuéntame tu opinión, a ver si es que soy yo que con la edad me voy volviendo menos romántica cada vez.
Próxima parada:
¡¡Deseadme suerte!!