Me reitero en la impresión que me causó la primera obra que leí de este autor napolitano, sencillamente deliciosa. Hace muy poco os traía mi primer encuentro con él: Los peces no cierran los ojos y quedé tan fascinada con la sencillez de su estilo y su capacidad de evocación que no he dejado pasar mucho tiempo sin leer de nuevo algo suyo.
En esta ocasión se trata de El día antes de la felicidad (no me digáis que no tiene arte para poner los títulos...), la historia de un huérfano y de su mentor, don Gaetano, portero de un edificio que le acompañará en el proceso de crecimietno y aprendizaje.
Sinopsis:
Don Gaetano es un hombre para todo que vive en un edificio de viviendas
de la Nápoles populosa y salvaje de los años cincuenta. Electricista,
albañil, portero de los cotidianos infiernos de la vida, sabe leer
también el pensamiento de las personas, y de él recibe su enseñanza el
protagonista de esta novela, un inquieto huérfano de silenciosas
pasiones.
Ágil y despierto, el muchacho aprende a desafiar a los
compañeros, a escalar los muros para recuperar balones perdidos, a
detener su mirada en las ventanas. A una ventana en particular ha
seguido mirando, aquella en la cual un día apareció una niña que, más
tarde, volverá para solicitarle un amor imposible... El joven crecerá a
través de los relatos de Don Gaetano, pero también en la memoria de una
ciudad –ofendida por la guerra– que supo rebelarse contra la ocupación
alemana. Y aprenderá que la vida es ritual, pasión, desafío, sangre, un
camino necesario para alcanzar la madurez. ¿Acaso en esto consiste la
felicidad?
Mis impresiones:
Dos son los claros protagonistas de esta historia ambientada en el Nápoles de los años 50: por un lado tenemos a Don Gaetano, portero de un edificio, manitas para todo y a quien la guera y la inserrucección napolitana contra los alemanes marcó de una manera especial. Por otro lado tenemos a un niño del que ni siquiera sabemos el nombre, pero un vínculo especial une a estos dos personajes perfectamenete delineados: ambos, son huérfanos.
Don Gaetano, toma bajo su protección a este niño desamparado, ávido de aprender y escuchar, de vivir y de amar. Las historias que van viviendo se entremezclan con los relatos de la guerra que don Gaetando le va contando y que serán a sus ojos mejor que cualquier libro para conocer la historia y la personalidad de la ciudad que ama. A través de ellas, crecerá, entenderá y asumirá el carácter napolitano.
La novela empieza con un suceso sencillo: mientras está jugando con el balón, nuestro pequeño-gran protagonista, descubre tras las piernas de una estatua, la entrada a uno de los refugios secretos utilizados durante la guerra. A partir de este hallazgo y de lo que hay en él se desarrollarán las histoqrias que don Gaetano le cuenta y con las propias historias que él empezará a vivir en ese mismo lugar.
Ambos protagonistas viven anclados en el título, viven en el día antes de la felicidad, esperando que cada día su suerte, su soledad, su vida cambie. Hay momentos en nuestra vida que marcan puntos de inflexión, a veces son importantes y a veces son detalles que casi pasan desapercibidos, pero que hacen que lo vivido hasta ese momento se situara antes de la felicidad.
Uno de los aspectos que más me gustan de este autor es la cotidianeidad de sus relatos. La historia se sitúa en un día cualquiera de la vida de un chico cualquiera, personajes insignificantes, desapercibidos en su sociedad y que tiene la maestría de convertirlos en únicos e inolvidables para el lector.
Al crecimiento físico (le acompañamos hasta que cumple 18 años), le acompaña un crecimiento personal, moral y si me permitís, incluso social. Viviremos con él su primer amor, su pasión por la lectura, su aprendizaje de un oficio, etc. De la mano de Erri de Luca nos convertimos en espectadores y acompañantes de su vida, de forma que conocemos sus miedos, sus ansias, sus deseos, sus recovecos, todo, excepto su nombre, ¿magistral, no?
Os recomiendo que si podéis, leáis algo de este autor. ¿El final?, no podía haber otro... descubridlo!
" Miré hacia arriba: detrás de los cristales de una ventana del tercer piso estaba ella, la niña a la que yo intentaba mirar a hurtadillas. Estaba en su sitio, con la cabeza apoyada en las manos. Generalmente miraba el cielo, en aquel momento no, miraba hacia abajo."
Le pongo un............ 8´5/10
¿Y vosotros??? ¿recordáis el día antes de la felicidad???
PRÓXIMA PARADA:
TIEMPO DE ARENA, de Inma Chacón
A ver qué tal...
Un besazo
No conocía este libro y desde luego tu reseña me anima a descubrirlo. Y sobre todo descubrir al autor, así que miraré en la biblio, a ver si hay algún libro suyo.
ResponEliminaBesotes!!!
No conocía el libro, al autor sí por ti y me gusta más este que el anterior. Así que creo que será el primero.
ResponEliminaBesos